Me dirijo a la comunidad villarraelina, días después del último asalto cometido a Ronald Santos Flores (con código de matricula: 2002234579, estudiante de ciencias de la comunicación, domiciliado en la Mz. N, Lt. 29, Barrio 1, sector 1, IV etapa, Urb. Pachacamac – VES: referencia frente a los cubanos -maldita sea la hora que esos negros de mierda[*] y todos los lumpenajosos, etc. y etc. se reunieron ahí-, de 20 años de edad, soltero (forever) y con unas ganas enormes de recibir un masajito en el cuello. Aclara que:
1. En el último ultraje a su libertad fue despojado de: Una mochila que parecía de paracaidista, pero que era parte de su avatar de ranger, la cual contenía: un fólder con mis preciadas separatas de filosofía y sociología y algunas hojas de menor importancia como: mi ficha de matricula y esa cosas, pero bueno así es la vida.
2. También había un hermoso libro de Bryce que no lo acabe y me faltaban dos hojas… Y era original de segunda, pero original y ¡era Bryce!... Pero como él dice: no se puede vivir en el Perú de esta manera.
3. También tenía muchos programas que con mucho esfuerzo logré piratear (¡qué conchudo! ¿No?) y algunos discos y DVD's para el concurso de San marcos, joder, tantos ánimos que tenía para participar.
4. Ahora también estaba la cajita con mi cargador (nuevo), manual y otros papelitos (nuevos), hasta las bolsitas (nuevas) y la tarjetita del PIM, ósea no tengo celular joder, y bueno también que me lo compré en Malvinas, eso quiere decir que ladrón que roba a ladrón... Pero no especifica que inocente estudiante que compra robado y es robado por ladrón tiene 100 años de perdón lo cual lleva a la conclusión de que esos pirañas de mierda se cagaron.
5. Y bueno, la primera desmentida es que no fui violado, ni me metieron la mano en las partes intimas, ni nada que tenga que ver con actos sexuales del tercer tipo y tampoco me hicieron una propuesta indecente por la mochila, sólo me quiñaron el labio y se fueron corriendo; o sea, que ni siquiera me dieron tiempo de putearlos o de amenazarlos. Pendejos, me tuvieron miedo.
6. En tanto salve el celular, pero no lo puedo usar pues tengo que comprarme otro chip, mierda, y de paso también un cargador, otra mierda más, o sea el celular más caro del mundo y toda la mierda por delante que se pueda dar.
7. Ahora pues estoy moralmente destruido, con el orgullo y el valor por las rodillas, pero con el buen humor hasta la coronilla (gracias Rafo, de verdad que fueron palabras precisas), claro que eso no me lo puede robar, pero capaz a uno se le ocurre y nos cagamos todos.
Ojala que esto haya servido para que no estén hablando cosas extrañas de Ronald Santos, que es un chico muy bueno, algo gil y despistado, pero querendón, torpe y pacifista, pero bueno, hay para todos… ¡Y nadie me ha violado carajo!, sigo cero kilómetros, por todos los orificios de mi cuerpo.
Bueno gente, gracias por expresar sus preocupaciones y los que no pues igual los comprendo, porque ¿quién se va preocupar por mí?, a las justas mi vieja. Y bueno, ya nos veremos.
Atentamente Ronald Santos Flores, el ojo.
* El autor no es racista ni nada que se le parezca. **
** Es cierto, no lo soy, aunque dan ganas… por culpa de esos negros csdm.
Esta crónica apareció por primera vez en la tercera entrega de la revista "Casa de Asterión". Laberinto cultural de publicación imprecisa. Revista creada por alumnos de la universidad villarreal en su mayoria y que ahora tristemente a desaparecido por falta de mecenas y mercenarios (Nos embargo la sunat abuuu... Develvanme mi bicicleta malditos jeje...)
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